Aquí va un truco que funciona especialmente con lectores autónomos de entre 8 y 12 años: elige un libro en el que el protagonista tenga entre uno y dos años más que el niño o la niña en cuestión. Y viceversa: si abres un libro y no sabes para que edad está destinado, mira la edad de la niña o el niño protagonista y resta (muchas editoriales lo suelen marcar, aunque otras parece que han descubierto que si no lo ponen amplían el espectro de posibles lectores y, por ende, compradores).
¿El protagonista no dice su eda? ¡Aaaah!
Acertar con la edad es uno de los pasos, ya iremos dando más.
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