El abuelo Carmelo tenía un jardín. Allí, abuelo y nieto pasaban las tardes, regaban y jugaban con los charcos de la lluvia. Ahora el abuelo ya no está, pero algunas tardes, cuando vuelan las golondrinas a ras del suelo, todavía se ocupa de regar.

Otro precioso álbum de la editorial Kalandraka, escrito y hermosamente ilustrado por Dani Torrent. Un álbum que nos acerca sutilmente al paso del tiempo, el hecho de crecer y la inevitable pérdida de nuestros seres queridos.

Dejo el enlace a la ficha elaborada por la editorial Kalandraka, una de mis editoriales LIJ favoritas.

También merece la pena visitar la reseña del libro que realizaron los autores del blog Soñando Cuentos, en la que podéis ver algunas de las preciosas ilustraciones del álbum.

Y, finalmente, mi lectura:


Puedes adquirir este libro directamente en la tienda online de la editorial
Esta semana os dejo la versión (en inglés) de "We are going on a bear hunt" ("Vamos a cazar un oso") narrada Michael Rosen, autor de la adaptación y desde mi punto de vista un narrador excepcional. No cuento más ya que para después de verano prepararé un post más extenso con mi propia lectura incluida (¡que atrevida es la ignorancia).



Dejo de paso "No breathing in class", que me parece desternillante.


Si te gusta, deja tu opinión. Si no te gusta, deja tu opinión. si te gustaría que estuviera en español... ¿a ver si lo adivinas? Exacto ¡deja tu opinión!


La serpiente ha puesto sus ojos en el anciano y se lo comerá a no ser que este le presente un bocado mejor. Pedir ayuda al mosquito tal vez no haya sido la mejor idea.

Cuento tradicional chino adaptado por Margarita del Mazo y con ilustraciones de Roger Olmos, editado maravillosamente por OQO dentro de su colección "O". Aquí os dejo el enlace a la ficha realizada por la editorial.

La historia narrada es sencillamente genial, tanto para ser leída como contada. Ofrece momentos rimados que enriquecen el texto dándole ritmo y fuerza (se nota que Margarita del Mazo es narradora) y las ilustraciones de Roger Olmos amplían la historia y la llenan de pequeños detalles que permiten leer el libro una y otra vez (incluso, desde mi punto de vista, le aportan un puntillo "hardcore" que encantará a niños más mayores). Atención, porque la historia empieza ya desde las guardas.

En definitiva: una delicia para cualquier narrador con ganas de pasarlo bien. Otra maravilla de OQO, una editorial que se atreve a arriesgar y nos ofrece títulos diferentes y de gran calidad artística y literaria. Ahí va el cuento leído:




Había una vez tres feroces bandidos, de negra capa y negro sombrero. Eran tipos terribles... hasta que conocieron a la pequeña Úrsula.


Otro de los grandes clásicos de la literatura infantil, obra de Tomi Ungerer. Publicado por primera vez en 1961, ha sido constantemente reeditado desde entonces. En España está editado actualmente por Kalandraka, aunque la lectura que yo os dejo es de la editorial Susaeta (mi ejemplar, en cambio, está en francés, editado por L'ecole des Loisirs y es un incunable: pertenece a una edición en la que se censuró al borrachín de la página 33. No es que yo sepa francés, ojalá, pero lo compré cuando estaba descatalogado y para mostrar me vale).

Yo lo suelo contar con ayuda de los personajes realizados en cartón pluma. Los bandidos llevan imanes para colocarles las "herramientas de bandido" (cuando lo cuento, aunque la historia es sencilla y corta y se puede contar casi "de memoria", realizo siempre ciertos cambios como hablar de herramientas en vez de armas -tiene que ver con el hecho de que lo suelo contar para niñas y niños de educación Infantil- o como decir personas que se desmayan o tienen mucho miedo en vez de mujeres u hombres, que es como veréis que está en el texto leído).

A continuación, el cuento leído:


Aquí os dejo también el fantástico vídeo de animación realizado por Aura comunicación:


Finalmente, podéis leer la ficha preparada por la editorial Kalandraka.

¿Tienes hijos en edad escolar? Si la respuesta es “Sí” seguramente habrás recibido del colegio una bonita carta que puede que empiece con un “¡Enhorabuena! Ya hemos llegado al final de (1º, 2º…)” y acabe con un “¡Que lo paséis muy bien!”. Entre medias, y cito textualmente de la que tengo en mis manos, como “es tiempo para descansar, jugar y disfrutar del verano, pero tiempo también para trabajar un poquito y así no olvidar todo lo que hemos aprendido”, pues toma: dos páginas de “recomendaciones para el verano”: lengua, mates, inglés, science (cosas del bilingüismo), que si webs, que si apps, que si cuadernillos…

Que digo yo que el que recuerde con cariño los deberes del verano es que no tiene corazón.

Mi opinión sobre hacer deberes en vacaciones: yo personalmente no estoy de acuerdo, si a mí no me gusta hacer deberes en verano, entiendo que a los niños tampoco. Y la lucha diaria para que los hagan desgasta mucho a toda la familia. “Pero es que si no hacen nada se les olvida”, diréis. Pues claro, pero se les olvida a todos y así empiezan más o menos parejos en septiembre y no nos vamos dejando descolgados a todos los que no tienen detrás una familia con posibilidades achucho-educativas. Pero para que veáis que soy una persona sensata, aquí os dejo una opinión diferente. Y, de paso, un pequeño reportaje en La Ser:


Dicho esto,  voy a centrarme en uno de los temas estrella: la lectura.

Voy a arriesgarme: vuestra hoja recomienda leer todos los días un rato. Valgan como ejemplo los 20 minutos que recomiendan en mi cole para las niñas y niños de 6-7 años, lectura en compañía de un adulto y respondiendo al final preguntas de comprensión lectora (eso sí: nos dejan leer lo que queramos). Y luego copiamos algunos fragmentos.

Nada del otro mundo ¿verdad? 

Ahora coged vosotros “El tiempo entre costuras” (o “50 sombras de Grey”. O “Los pilares de la Tierra”. O…). Todos los días, después de desayunar me vais a leer 50 páginas, ni más, ni menos. Y luego me lo contáis. No, mejor me hacéis una redacción. Y las palabras que no conozcáis las copiáis 20 veces en el cuaderno.

No mola. Pues eso.

Hagamos un favor a nuestros niños y niñas: separemos la lectura-competencia básica de la lectura-afición al máximo posible. Pero como es muy fácil confundirlas, vamos a tratar a ambas con muuucho cariño, que para eso estamos de vacaciones.
Para la lectura-competencia propongamos que nos echen una mano para encontrar una calle, leer una receta, escribir a la abuela o hacer la compra. Mandemos wasaps a los amigos, dejemos notas en la nevera, estrenemos un juego con instrucciones sencillas… Una pequeña trola como “¿dónde habré puesto las gafas?” nos puede ayudar.

Para la lectura-afición aseguremos el cuento de antes de ir a dormir (o de la hora de la siesta, o de antes de ir a la playa…) pero no temamos saltárnoslo, que no es obligatorio. Inventemos historias para ellos o juguemos juntos a inventarlas, dejemos que nos cuenten cuentos, hagamos visitas a la biblioteca (¿conoces ya la biblioteca del pueblo donde pasas unos días de vacaciones?), paseemos con un libro en la mano y digamos al niño “Ahora es mi rato de leer” (implica sentarse y al menos hacer como que leemos), preguntemos “¿de que va?”, hablemos de lo mucho o lo poco que nos gusta, abandonemos el libro a medias.  Y nunca, nunca obliguemos a leer.

Mi mejor deseo: ojalá se estropee la televisión.

Postdata para que conste, por si a alguien le queda alguna duda: a mí me caen bien los profes. Mi familia está llena de profes. Yo misma soy una de ellos. Somos buena gente.